“Viaja todo cuanto puedas permitírtelo. Colecciona momentos y memorias no cosas. Deja que la vida y el mundo te sorprendan.”
Querida Elena,
Elegiste venir a un mundo maravilloso, con muchas aventuras que vivir y lugares increíbles por descubrir. Desde que eras muy pequeña hemos intentado darte la oportunidad de que puedas conocerlo y ver con tus propios ojos los tesoros y las maravillas que tiene para ofrecer. Quizás todavía no lo sepas pero este es probablemente uno de los regalos más valiosos que hemos podido darte con mucho amor. Verás hija, a veces es muy fácil distraerte con las muchas trampas que nos pone la vida, y es muy frecuente olvidar lo verdaderamente importante y a qué hemos venido a este mundo, pero quiero que recuerdes algo: viajar es tan importante como estudiar una carrera, desempeñar una profesión, y alcanzar todos los grandes logros que te propongas. Viajando también puedes adquirir y aprender muchas de las herramientas y conocimientos necesarios para triunfar en otros aspectos y áreas de tu vida.
Viaja todo cuanto puedas permitírtelo. No tienes que viajar con lujos sino puedes pagarlos. Solo sal de tu zona de confort, pierde el miedo, empaca ligero, deja todo por unos días, elige un destino y emprende vuelo.
Viaja en grupo, viaja con amigos, con tu pareja y cuando sea posible, viaja sola. Cuando viajas, no sólo aprenderás cosas nuevas del mundo sino también de ti misma; cosas y habilidades que quizás jamás descubrirías desde la comodidad de tu casa o la rutina de una oficina. Viajar estimula tu capacidad para resolver problemas, administrar tus recursos, amplía tu visión del mundo y tu perspectiva, despierta tu creatividad y te abre los ojos y el alma a nuevas ideas e inspiración.
Cuando viajes, conversa con los locales, interésate por sus costumbres, prueba nuevas comidas y los platillos típicos de cada lugar, visita los mercados, abre tus sentidos a nuevos sabores, colores y olores. Escucha su música y aprende sus bailes. Aprende a decir hola, por favor y gracias en su idioma. Haz un nuevo amigo en cada lugar que visites, así un trocito de tu corazón quedará repartido en cada lugar en el que hayas estado y tendrás razones para volver.
Aprende a leer un mapa, y de vez en cuando; aprende a perderte. A veces de un cruce equivocado, un paso cerrado, un cambio repentino de planes, un tren que no abordaste o un avión que perdiste, salen las mejores historias. Al menos una vez en la vida, viaja sin itinerarios y sin reservaciones. Deja que la vida y el mundo te sorprendan.
Cuando estés atravesando un momento difícil en tu vida y necesites salir a la superficie por un poco de aire para respirar, siempre que puedas hacerlo de manera responsable, poner tierra (o agua) de por medio es siempre una buena opción. Viaja no para olvidar ni escapar, sino para volver a encontrarte. Viaja para redescubrir quien has olvidado que eres o quien jamás creíste que tenías el potencial de ser.
Cuando un viaje llegue a su fin, no entristezcas. Agradece al universo la oportunidad de haberlo vivido y guarda celosamente en tu corazón cada recuerdo, cada experiencia, cada anécdota. Escribe tus experiencias en un diario de viaje y vuelve a leerlo de vez en cuando. Toma fotos de cada lugar con tu corazón y guardarlas ahí, donde no pueden borrarse ni perderse jamás. Volverás revitalizada, con nuevas ideas, amigos, historias, motivos e inspiración. Jamás volverás de un viaje siendo la misma persona que partió.
No esperes a cierta edad para viajar. Hazlo mientras tu cuerpo y tus energías te lo permitan. No trabajes sin descanso para acumular bienes materiales, títulos ni posesiones. No colecciones cosas; colecciona memorias y momentos. ¿A qué esperas? ¿vacaciones? ¿dinero? ¿tiempo? Hoy tienes lo único que necesitas: estás viva. Hay un mundo entero allá afuera esperando a ser descubierto por ti. ¡Ve, prueba y disfruta las delicias que tiene para ofrecerte!
¡Buen viaje!
Te quiere,
Mamá.
¡Qué bonito escribes! Y qué lindas verdades se esconden tras estas cartas. Un abrazooo