“Ama con todo tu corazón pero ámate más a ti misma para saber reconocer donde ya no perteneces, cuando irte y a quien no te merece.”
Querida Elena,
A lo largo de tu vida conocerás el amor en todas sus formas. Te amarás a ti misma, amarás tu cuerpo, lo que haces, el lugar donde vives, tus sueños y tu vida. Amarás a tus amigos, a tus padres, a tu familia, y a tus hijos. En algún momento de tu vida también descubrirás el amor en pareja, y elegirás caminar de la mano de otra alma por un tiempo indeterminado.
Quisiera decirte que la primera vez que te enamores será la única y la última pero es muy probable que este no sea el caso. Si es así, suerte la tuya, pero lo más probable es que amarás muchas veces en tu vida, y esto hija, está lejos de ser un fracaso. Cada persona y cada relación te traerá nuevas y distintas lecciones. Quédate siempre con lo mejor de cada una y jamás las compares.
No tengas prisa en elegir a alguien. Uno no busca al amor; el amor te encuentra. El tiempo del amor es perfecto y cada persona que llegue a tu vida llegará en el momento preciso. Nunca intentes forzar el amor. El amor no se ruega ni se mendiga, se da a manos llenas y a corazón abierto, y de igual manera se recibe. Jamás te conformes con ser el segundo plato de alguien, y tú tampoco te acomodes a un relación que no te llena. Mereces estabilidad y seguridad pero no te quedes en una relación sólo por que ahí te sientes segura. El amor no es simplemente tolerar a alguien.
El amor cambia con el tiempo, evoluciona, madura; y también deja de serlo. No intentes retener a alguien. Reconoce cuando algo ha terminado. Ama con todo tu corazón pero ámate más a ti misma para saber reconocer donde ya no perteneces, cuando irte y a quien no te merece. Cuando una relación te haga llorar más de lo que te hace reír es momento de alejarte. Hay amores que simplemente no están destinados a ser. Hay amores que no terminan bien, y no pasa nada. Hay amores que acaban antes de haber empezado y hay amores que duran todo una vida aunque esa persona no esté a tu lado. Lo cierto es que cada historia de amor dura exactamente lo que tiene que durar.
Deja ir sin rencor. Agradece por lo bueno que te dejó. Cada relación es un aprendizaje distinto. Cuando sea el momento y sientas que estás lista, perdona, pasa la página sin miedo y abre de nuevo tu corazón.
Tu corazón se romperá una y otra vez; y está bien que lo haga. Es para lo que fue diseñado. El corazón tiene la capacidad de regenerarse, reinventarse, dividirse y multiplicarse. Que la posibilidad de romperlo, jamás te impida amar con todas sus fuerzas.
Pierde el miedo a amar. El amor y el miedo no pueden ir de la mano. Ama sin reservas y descubrirás que sólo los valientes que se atreven a cruzar el árido terreno del miedo donde nunca nada florece, encuentran los frutos del amor al otro lado.
No empieces jamás una relación basada en una mentira. Es condenarla antes de darle una oportunidad de que florezca. Al hacerlo, no sólo le estás mintiendo a tu pareja, sino también te estás mintiendo a ti misma, y la mentira hija; tiene patas muy cortas. Ama como te gustaría ser amada, con la verdad siempre por delante.
Aprende a reconocer lo que el amor es y no es. El amor no es caos, es calma. El amor aunque te sacude el alma, no es un terremoto, una vez llega para quedarse es paz y tranquilidad. El amor no humilla. El amor no duele. Si duele, no es amor. El amor no cuesta pero sí es trabajo diario. El amor no es obligación pero sí requiere un compromiso. El amor no es rendirse y renunciar a la primera pero tampoco es forzar.
Elige a alguien que te haga reír y con quien puedas llorar sin sentir vergüenza. Alguien con quien puedas ser tu auténtico yo y con quien jamás tengas que fingir ser algo que no eres. Alguien que respete tu espacio, tus rituales y tus silencios. Jamás sacrifiques tu esencia para poder estar con alguien. Si tienes que hacerlo, entonces no es la persona indicada.
Elige a alguien que haya visto lo peor de ti y aún así quiera quedarse. Quédate con quien sea tu espejo, en quien puedas miras tus faltas y te obligue a salir de tu zona de confort. Quédate con quien te empuje a brillar. Alguien que bote tus barreras y traspase tus defensas, que logre entrar en tu corazón y se gane cada día de tu vida el puesto que le has dado, con respeto, atenciones, cariño y amistad.
Elige a alguien a quien no tengas que demostrarle tu valor. Alguien con quien no tengas que esconder tus hábitos (ni los buenos ni los malos) y con quien no tengas que enmascarar tu pasado, tus miedos, tus traumas, tus gustos y preferencias. De igual manera, respeta el pasado y la forma de amar de cada persona y no intentes imponer la tuya. El amor no conoce de condiciones, es por definición, incondicional.
Jamás hagas a otra persona responsable de tu felicidad. Tú no puedes ser enteramente responsable de la felicidad de otra persona, ni otra persona de la tuya. Pueden ser felices juntos, pero tu propia felicidad nunca es responsabilidad de alguien más. No elijas a alguien por que te ‘hace’ feliz; elije a alguien con quien ‘eres’ feliz.
El amor es el motor que mueve al mundo. Es la cura a todos los males. Es el toque justo de locura para mantenernos cuerdos. Es la chispa de la vida. Es la fuente de todo. Es el hilo invisible que nos conecta a todas las almas. El amor le da un significado más profundo a nuestra existencia, transforma todo lo que toca; y es lo único que te llevas el día que dejas esta tierra. Has venido a esta vida a dar y recibir amor.
No busques una otra mitad. Ya estás completa tal y como eres. Busca complementar, no completar. Si decides creer en almas gemelas, no te obsesiones con encontrar la tuya. Cuando sea el momento, te preguntarás ¿cómo sabré reconocerle? Créemelo hija, tu corazón lo sabrá; es él quien elige.
Te quiere,
Mamá.