“Puedes ser lo que quieras en esta vida. Es en serio. ¡Lo que tú quieras! Estás destinada a ser todo aquello con lo que te atreves a soñar “.
Querida Elena,
Sólo tú puedes y deberías decidir la persona que quieres ser y lo que quieres hacer en la vida, pero con el tiempo comprenderás que la libertad de elegir viene con ciertas responsabilidades. Es el deber más importante que debes cumplirte a ti misma y requiere de mucho coraje. Soñar es para todo el mundo, pero actuar sobre esos sueños para verlos cumplidos, querida hija; es sólo para valientes. Habrán momentos en los que dudarás de lo que eres capaz, pero te aseguro que en el camino irás descubriendo tu infinito potencial de hacerlos realidad si así lo deseas de corazón y te entregas en cuerpo, mente y alma a cumplirlos. Lo menos que te debes a ti misma, es intentarlo. Si tú no apuestas primero por ti misma, nadie más lo hará por ti.
No permitas que el miedo te paralice. El miedo sólo prospera en la ausencia de la valentía y nunca nada bueno puede florecer en el oscuro terreno del miedo. Actúa con cautela pero con determinación. Escucha a partes iguales a tu corazón y a tu cabeza. Mantén tu cabeza en las estrellas pero los pies en la tierra. Cuando dudes, haz una pausa obligada y escucha tus instintos; en el fondo tú ya sabes todas las respuestas.
No permitas jamás que nadie te diga “No traes para esto”, “no eres lo suficientemente buena”, “estás loca”, o “esto no es lo tuyo”. Sólo tú conoces tus sueños y los deseos más profundos de tu alma. Confía en tus instintos y en tus habilidades, y jamás cedas esta elección a nadie más. Nadie más tiene derecho a decidir por ti. Ni siquiera yo. Es esencial en el ascenso hacia tus sueños que comiences por creerte que realmente eres capaz de cumplirlos. Si eres honesta contigo misma y constante en tus esfuerzos, nada es imposible si te propones conseguirlo con todas las ganas de tu alma. Vive tus sueños y no los de nadie más. Cumple tus metas. Comete tus propios errores. En ti está la capacidad y la responsabilidad de elegir en total libertad qué camino quieres y debes seguir, sin importar si ante los ojos de los demás es el camino correcto o el equivocado.
Cuando tengas claro el camino a seguir, despega con seguridad, determinación y confianza en tu decisión. Sé constante, paciente y humilde pero jamás desistas. No descanses hasta ver cada uno de tus sueños cumplidos sin olvidar que cada uno requerirá tiempo, trabajo duro y tu mejor esfuerzo. Nada te traerá más satisfacción en esta vida, que ver un sueño cumplido por que te has dejado la piel en alcanzarlo. Si la vida decide obsequiarte un sueño que te ha venido fácil, agradece al universo y compártelo con el corazón agradecido con quienes te apoyaron y creyeron en ti desde el principio, e incluso con quienes no lo hicieron por que ellos de una manera u otra también jugaron un papel clave para que pudieras alcanzarlo. A veces nada mejor que un poco de incredulidad de los que nos rodean para retarnos a recordar y creer de lo que somos capaces.
Cuando te equivoques, asume tus errores con humildad y valentía, y defiéndelos con el mismo coraje con que una vez tomaste esa decisión aunque fuese la equivocada. Integra la lección y emprende de nuevo tu camino con la misma firmeza que lo iniciaste hace tantos intentos. Pide ayuda cuando necesites aliviar y compartir el peso sobre tus hombros. Si renuncias, que de igual manera sea tu elección y no la de alguien más. No tienes que demostrarle nada a nadie más que a ti misma. Jamás te arrepientas de haber tomado una decisión en la que en su momento creíste con todas tus fuerzas. Es mejor vivir con el peso de haber arriesgado y haberse equivocado que morir con un “hubiera” en tu último aliento.
Jamás olvides que estás destinada a ser todo aquello con lo que te atrevas a soñar.
Te quiere,
Mamá.